In Testimoniales/Entrevistas

Seguimos con nuestras charlas con Ramir Martínez, productor e ingeniero de sonido y profesor de Sonido, Producción de Música Electrónica y Live Performance en Microfusa. En esta ocasión para obtener una perspectiva de cómo han evolucionado los medios de producción musical

 

Hace una semana hablábamos con Ramir de cómo Internet ha transformado la música popular. Más de 25 años de experiencia en el cuerpo docente de Microfusa, una intensa carrera artística al frente de diversas bandas de pop y rock electrónico y su trabajo como productor e ingeniero de sonido para grupos como Facto Delafé y Las Flores Azules o Mishima y remezclador de Love Of Lesbian lo convierten en la persona ideal para analizar cómo han cambiado los diferentes aspectos de la industria en estos últimos años. En la entrevista de hoy hemos tenido la oportunidad de hablar sobre los medios de producción musical, un sector en el que la evolución de la tecnología ha determinado la tendencia.

La evolución de la música popular la marcó Internet, ¿qué ha cambiado en los medios de producción musical?

Retomando la línea de lo que hablábamos el otro día podemos resumirlo en que los medios de distribución se han vuelto virtuales. De igual manera con los medios de producción ha pasado lo mismo, se han democratizado. Básicamente, lo que antes sólo estaba al alcance de unos pocos, ahora está al alcance de muchos.

Hace unos años, el único lugar en el que podías desarrollar un proyecto musical, grabar un disco, una canción, era en un estudio de grabación. Y un estudio de grabación comportaba unos costes muy elevados: el alquiler del espacio, el mantenimiento, el alquiler de los equipos, el técnico de sonido que era contratado por el dueño del estudio. Para poder mantener toda esta infraestructura era necesaria una gran inversión.

En el siglo XXI, toda esta tecnología necesaria se ha virtualizado y se ha concentrado en el ordenador. Por lo tanto, ha cambiado la forma en la que se realizaban todos esos procesos, todas esas tareas y también han cambiado esos roles. Si comparamos, antes del 2000 era necesario un sistema de grabación, unos procesadores de audio, una mesa de mezclas, unos monitores, y en definitiva muchos dispositivos diferentes para hacer una grabación. Y lo que ha pasado es que, a medida que los ordenadores han ganado capacidad de cálculo y capacidad de almacenamiento lo podemos tener todo en una sola “caja”. De manera que una sola persona con un ordenador (sin la necesidad de que sea un súper-ordenador) puede hacer lo que hace unos años realizaban diferentes dispositivos independientes. Por lo tanto, el coste de un estudio de grabación, previo a los ordenadores actuales podía suponer de 10 a 100 veces al coste basado en un ordenador.

TECNOLOGÍA: LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN MUSICAL

Esto se habrá visto reflejado en la creación musical, ¿no?

Ha aparecido un fenómeno que está muy asociado a nuestros días que es la música electrónica. Cualquier chaval puede descargarse una aplicación y puede hacer una creación sencilla. Son los bed producers, los productores de dormitorio. Y ahora tenemos toda una generación muy joven y sin muchos conocimientos musicales que puede hacer música desde su dormitorio. Entre ellos podemos encontrar ejemplos de esta democratización real, artistas que no tienen muchos recursos pero un interés musical, algo que explicar, y que han alcanzado el éxito. Como ejemplo podemos citar C. Tangana y Alizzz. Sobre “El Ídolo”, un álbum que ahora es un referente de la música urbana Alizzz explicaba cómo iniciaron el proyecto con un equipo precario basado en ordenadores personales de sobremesa.

 

¿Y cuál es el parecer general de esta nueva música basada en ordenadores?

Como todo, tiene una parte buena y una mala. Los detractores de la música basada en ordenador opinan que es una música sin alma creada por gente sin conocimientos musicales. En cambio sus defensores dicen que abre la puerta a miles de creadores que pueden explorar sus capacidades artísticas y que da una oportunidad a gente que no ha pasado por una formación musical formal.

El fenómeno de los bed producers, por ejemplo, está muy ligado a la nueva tendencia de la EDM, una tendencia en la que muchos de sus productores son muy jóvenes y donde han destacado figuras como Avicii, Martin Garrix y muchos otros.

En definitiva, la tecnología sólo es una herramienta y la puedes ver como una amenaza o como una oportunidad. Por supuesto, desde el punto de vista de la producción, disponer de las herramientas no quiere decir que adquieras talento. Las herramientas te ofrecen la posibilidad pero el talento o te viene dado de forma innata o lo desarrollas con trabajo, o más frecuentemente combinando ambos aspectos. El hecho de que en la actualidad se democraticen los medios de producción es lo mismo que nos pasa ahora a todos con los súper móviles que tenemos. Las cámaras incluidas disponen de ópticas increíbles pero ello no quiere decir que nos convierta en grandes fotógrafos. Además la disponibilidad de una gran tecnología implica tener los conocimientos adecuados para extraerle todo el jugo, para saber cómo expresar emociones con ella, para saber cómo dirigir el proceso de producción, etc.

TECNOLOGÍA: LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN MUSICAL

¿Desaparecerán los estudios de grabación?

Resumiendo conceptos podemos decir que la tecnología del siglo XXI ha permitido que mucha más gente se sume al mundo de la música transformándolo en una producción global. Puede acceder gente de China, Europa, Latinoamérica, África creando un fenómeno de producción global. Y esto es una buena noticia porque significa que es muchísima más gente que nunca creando mediante la tecnología informática. Antes el filtro era tener acceso a un estudio de grabación. Y sólo lo conseguías si tenías ingresos a través de conciertos o con un contrato con una discográfica.

Pero eso no significa que las producciones sólo puedan hacerse a través de un ordenador. Sólo significa que ahora pueden hacerse de una manera que antes no se podía. Pero por lo que respecta a la música en grupo con instrumentos, con requerimientos tecnológicos estrictos, con micrófonos y espacios de grabación, entre otros, todo ello no puede asumirlo únicamente el ordenador y los estudios de grabación siguen siendo tan necesarios como hace dos décadas.

Podemos hacer un paralelismo con la aparición de los primeros sintes en los años 60’. A Robert Moog le preguntaban ¿qué va a pasar ahora con los sintetizadores? ¿queréis sustituir a los instrumentistas con instrumentos electrónicos? Para mucha gente del mundo de la música clásica aquello suponía una amenaza y creían que las orquestas iban a desaparecer. Y no sucedió nada, simplemente se convirtió en otra forma de expresión que se desarrolló en paralelo a las existentes como por ejemplo la música popular.


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